¿Qué ocurre en el postparto?

Por lo general, durante la gestación y en el postparto, sólo se habla de lo maravillosa que es la maternidad, las sensaciones increíbles de ser madre, de esa primera mirada con tu bebé, etc. Y realmente así es, es un proceso hermoso, pero no es oro todo lo que reluce.

El postparto es un camino lleno de luces y sombras, y son estas últimas las que permanecen a oscuras, en silencio sin que nadie las exprese, sin que nos informen de ello.

Cuando llegas a esas sombras te sientes sola, loca, cansada. Es por ello por lo que considero importante contribuir a dar información al respecto, principalmente en aspectos psicológicos. La información es poder. Si estamos informadas, cuando lleguemos a esas zonas sombrías, posiblemente los sentimientos que surjan se verán reducidos, en comparación con aquellas personas que no tienen constancia de ello.

A lo largo de nuestro posparto, nos encontramos con multitud de circunstancias o de hechos, de sensaciones y emociones que nos afectan y nos cambian. Nos enamoramos, nos fusionamos, se pueden dar interferencias que pueden dificultar nuestro proceso, se crea una nueva identidad, surge la lactancia materna, nos enfrentamos a nuestra realidad, etc. Veamos cada una de ellas de forma breve. ¿Os parece?

En el postparto, como he dicho en alguna que otra ocasión, somos más mamíferas que nunca, somos como una leona que protege a su criatura ante cualquier ataque. ¿Quiénes de vosotras ha sentido tras el parto que lo único que queréis hacer es estar con vuestro bebe? Estamos enamoradas, programadas para beneficiar al bebé. Y no necesitamos salir de ese enamoramiento para atender a familiares, ni a personas que vengan a conocerlo, ni para dedicarnos a los demás. Necesitamos estar conectadas con nuestrx bebé. Por ello, la mayoría de las mamás no quieren estar monísimas, duchadas y arregladas para recibir a nadie. La mayoría quiere estar a su aire, con su bebé.

Nos fusionamos. En el puerperio se produce la fusión madre-bebé. Como dice Nils Bergman, “el hábitat del recién nacido es su madre, y el hábitat de la madre puérpera es cualquier sitio donde esté su bebé”. Se crea una diada fisiológica y emocional: por un lado, nuestrx bebé está pegado a nosotras físicamente, piel con piel, alimentándose; y por otro, como mujeres nos sentimos más madres en esa fusión, disfrutamos de esa vivencia.

Dicha fusión emocional con nuestro bebé puede hacer que abramos paso al autoconomiento. Es decir, que ante la vivencia de ser madres nos topemos de frente con nuestro Yo-bebé. Lo que llamamos Transparencia psíquica. Es un momento en el que podemos viajar en el tiempo y revisar aspectos de nosotros cuando éramos bebés. Existen muchos periodos a lo largo de nuestras vidas de transparencia psíquica, y éste es uno de ellos.

La lactancia materna. ¿Qué es? Principalmente es una relación, no sólo una forma de alimentación. Es mucho más que eso, es la herramienta fisiológica del vínculo. La lactancia nos asegura que estemos muy cerca de nuestrx bebé, y nos asegura poder responder a sus necesidades porque por ejemplo simplemente con su llanto ya nos emana la leche.

Sin embargo, esto no significa que sin la lactancia materna no se pueda tener ese vínculo. La oxitocina también se libera con las caricias, cuando hacemos colecho, cuando hacemos el porteo, etc. Simplemente lo que hay que intentar es que a estos bebes que no disponen de leche materna, lo único que les falte sea eso, la leche; pero que reciban el mismo tipo de contacto y de relación que si estuviese siendo amamantado.

¿Existen interferencias?

Si, existen interferencias en el postparto. Una de ellas producidas por la separación de la madre con su bebé. Obviamente no hay nada determinante, pero sí que puede influir en determinados problemas en el postparto que se han producido por una separación.

Otra de ellas es lo que nos inculcan desde bien pequeñas. La madre se ha de comportar como una buena persona, que cuida a los suyos, su casa, etc. Y en ocasiones por esta educación, no somos capaz de gritar que no nos separen de nuestrxs hijxs. Además, nos inculcan que tenemos que estar perfectas para recibir a los demás, sin importar si he dormido bien o no, tan sólo importa que tengo que estar bien.

Otra interferencia importante es que la mujer es separada de su maternidad, por ejemplo, con la vuelta al trabajo. Hemos de integrar la maternidad a nuestras vidas y no separarnos de ella. Con ello quiero decir que la sociedad debería poner medios para que podamos desarrollarnos profesionalmente hablando, por ejemplo, sin tener que renunciar o dejar de lado la maternidad.

¿Es patológico sentir tristeza?

Aquí entramos en el concepto de Disforia postparto. Se trata de un estado de tristeza transitorio leve de inicio en los primeros días del posparto y que finaliza en aproximadamente dos semanas, aunque en realidad no hay un tiempo definido.

¡Y no! ¡No es una patología!

Son sensaciones de tristeza que pueden ser provocadas por numerosos factores como por ejemplo que te sientas sola, porque tienes problemas de economía o porque simplemente tienes una bajada hormonal tras el parto. Simplemente hay que saber que existen. Obviamente si observáis que esa tristeza que sentís, se prolonga en el tiempo, hemos de revisarlo y acudir a un profesional.

La creación de mi identidad como madre

La madre nace psicológicamente y creamos una nueva identidad al parir. Ya durante el embarazo vamos creando lo que vamos a ser como madres. De hecho, como en alguna ocasión he comentado, muchas de nosotras ya nos sentimos madres desde el momento en el que vemos que es positivo el resultado. Sin embargo existen mujeres que precisan de mas tiempo para crear esa identidad tras el parto. Tal y como afirmó Ibone Olza en el 2018.

En base a esta nueva identidad, también aparecerá una nueva actitud mental, donde cosas que antes nos preocupaban o importaban, pasan a un segundo o tercer plano. E incluso, cosas que antes tolerábamos, ya no.

Expectativas vs realidad

Ante la idea de ser madres, muchas de nosotras barajábamos miles de opciones en nuestras cabezas, creando ciertas expectativas, ya no solo con nosotras mismas, sino con nuestro parto y también con nuestrx bebé.

Sin embargo, la mayoría de esas expectativas no se ajustan a lo que realmente pasa. Quizás en nuestros sueños, nuestro parto era idílico, un parto natural en el que todo va como la seda, pero puede ser que la realidad sea bien distinta y vuestro parto termine en cesárea, en violencia obstétrica, etc. Lo mismo ocurre con la idea del bebé soñado. Quizás tengamos en mente que nuestrx bebé dormirá plácidamente, pudiendo descansar nosotras. Pero que la realidad sea que nuestrx bebé es poco dormilón/dormilona, que se despierte cada muy poco, dificultando nuestro descanso.

Sexualidad en el postparto

Existe una reducción de la sexualidad, pero ello no significa que sea una eliminación total y completa de la misma.

La sociedad parece que solo reconoce como sexualidad, el sexo coital y es entonces cuando nos encontramos con mujeres divididas que se disocian del bebé en pro de la pareja, e incluso con hombres que se quejan de que han perdido a su mujer.

La realidad es que nuestra sexualidad sigue viva pero desplazada. Nuestras hormonas sexuales están enfocadas en la lactancia. Para muchas de vosotras esto os puede sorprender e incluso extrañar, pero así es. Y aquí nos metemos de lleno en un tema tabú.

Una mujer puérpera va a sentir mucho placer al estar con su bebé, ya no sólo el placer de disfrutar de la cercanía de su bebé o de la conexión entre ambos, sino que hay mujeres que sienten placer sexual al amamantar a sus bebes. Hay mujeres que sienten orgasmos amamantando, y eso es una realidad, aunque nadie lo cuente.

Esta sexualidad, a muchas de ellas las desconcierta y les angustia, incluso llegan a pensar que son unas pervertidas. ¡Pero no! El pecho está irrigado de glándulas para que exista disfrute con la criatura.

Es importante que conozcáis este hecho, porque posiblemente si os pasase, teniendo la información dada con anterioridad, podemos evitar sentirnos mal por ello.  

Por otro lado, ante la sexualidad nos surge el “problema” del estado de nuestros cuerpos.

Nos han inculcado que tenemos que estar perfectas, divinas y al mirarnos al espejo, muchas de nosotras no vemos esa figura. Realmente estamos divinas, redondas, con marcas de haber creado vida. Pero la sociedad no quiere eso.

Por ello las mujeres podemos presentar dificultades con nuestra imagen corporal teniendo pensamientos del tipo: “ya no le gusto”, “como voy a gustarle con esta barriga flácida”, etc. Y esto obviamente afecta a la sexualidad en la pareja.

También puede darse el caso de que existan madres traumatizadas tras un parto con violencia obstétrica, tras haberse sentido violentadas, por lo que ese trauma puede afectar también a la hora de la sexualidad en la pareja, a la hora por ejemplo de que haya penetración. Y aquí no hablo solo de que la líbido, como decíamos, está desplazada, sino que hablamos de que el cuerpo está dañado.

Es importante, por tanto, que sepamos tanto nosotras como nuestras parejas, que existen infinitas formas de relacionarnos sexualmente entre nosotros, y que lo que nos ocurra hay que dejarlo respirar, reposar, para sanar.

En definitiva, el postparto…

Como os decía al principio del artículo, es un periodo lleno de luces y sombras. En un alto porcentaje, solo las luces llegan a nuestros sentidos. Pero afortunadamente cada vez las sombras son menos negras, comienzan a tener tonos grises gracias a la labor de muchxs profesionales que informan, apoyan, sostienen a estas madres en su oscuridad e incluso antes de que lleguen las mismas.

Y desde aquí hago un llamamiento a algunxs de lxs profesionales sanitarios que nos atienden a lo largo del proceso de maternidad, en las ecografías, en las revisiones, en el parto, etc. Por favor, infórmense, fórmense y actualícense. En muchas ocasiones sois nuestra primera y única toma de contacto con profesionales en todo este proceso y os necesitamos.