“Amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida”

– O. Wilde

 

“El secreto para salir adelante es simplemente empezar”

– Mark Twain

 

Durante los años de carrera, observé que existía todo un abanico de posibilidades para ayudar a los adultos y a los más pequeños, pero ¿Qué pasaba con los mayores? ¿Son los grandes olvidados? Esa pregunta no dejaba de rondarme en mi cabeza, así que al finalizar la carrera decidí meterme de lleno en este ámbito, lo que me dio puertas para el que sería mi primer empleo como Psicóloga.

Tras varios años ejerciendo en mi tierra natal, me mudé a Barcelona por diversos motivos, donde continué mi labor en el ámbito de la tercera edad.

Sin embargo, la vida me llevo a cambiar de rumbo, y decidí emprender un nuevo camino hacia otro de los ámbitos que más me apasiona, la Psicoterapia. Cursé el Máster de Psicología General Sanitaria y casualmente, topé con un profesional de la Psicología inmerso en el mundo de la Terapia Breve. Indagué en ella y fue tal el descubrimiento que me enganchó, haciéndome ver la psicología de otro modo.

Junto a estos cambios en la orientación profesional, abrí las puertas de la maternidad, ofreciéndome aspectos maravillosos, pero también otros complicados. Descubrí un mundo, el del posparto, en el que la mujer, ahora en su nuevo papel de madre, era abandonada a su suerte. Esta idea no cuadraba en mi mente. ¿Cómo una mujer, que había y estaba pasando por un proceso de tantos cambios físicos y emocionales no estaba siendo acompañada? Así que sí, la maternidad, como os digo, me trajo aspectos maravillosos, y uno de ellos fue decidir lanzarme a acompañar a otras madres. Y no sólo a ellas, sino también a sus parejas y a sus bebés. Para ello leí, me informé, me formé, y aun continúo haciéndolo, en lo que me apasiona, la Psicología Perinatal.