Invadidos por la incertidumbre

Así nos sentimos. Desbordadxs, cansadxs, estresadxs, preocupadxs, amenazadxs, con miedo, … Muchxs de nosotrxs hemos perdido en estos meses: un familiar, un compañero o amigo, un trabajo, un negocio, una ilusión, …nuestra vida.

La seguridad que teníamos ha flaqueado. Lo que hasta antes del Covid hacíamos de manera segura, ahora puede resultar dañino, tanto para nosotros como para los que nos rodean. Nos pensábamos que éramos omnipotentes. “A nosotros no nos va a pasar”, decíamos. Por lo que la percepción de vulnerabilidad esta más presente que nunca.

Durante un tiempo, y muchxs aún siguen, nos hemos visto obligadxs a distanciarnos de nuestros allegados, justo cuando más lo necesitábamos. La situación actual nos limita el contacto personal, lo que también nos enseña a valorarlo. Hemos perdido la confianza, la confianza en nuestra sociedad, quizás por la gestión llevada a cabo por los altos cargos, o por la falta de empatía y solidaridad de algunos ciudadanos.

Como habéis podido sentir en vuestra propia piel, nuestras vidas han cambiado de forma brusca, y nos hemos visto obligadxs a adaptarnos, en la medida de los posible, a una nueva realidad, con múltiples cambios y con nuevas normas. Cambios y mas cambios que nos generan preocupación, miedo y de nuevo la incertidumbre del que pasará. ¿Alguien lo sabe?

Nadie puede decirnos que pasará con nosotrxs, con nuestras familias, con nuestros negocios…en resumen, con nuestras vidas.

Por lo general necesitamos tener el control de las cosas o de la situación para sentirnos segurxs y confiadxs. Sin embargo, esta sensación de incertidumbre constante nos azota la cara avisándonos de que no todo puede ser controlado. Esta situación en la que nos encontramos escapa de nuestro control, no depende de nosotrxs ni el trabajo, ni la salud, ni el futuro. No depende de las decisiones que tomemos, sino que van más allá. Lo que pasará va regido por algo externo a nosotrxs, que no podemos manejar.

Ante esto, solemos intentar anticiparnos, poniendo en marcha pensamientos y acciones para intentar adivinar el futuro, preguntándonos “y si…”, generando pensamientos limitantes, que si no se les pone fin acabaran inundando nuestra cabeza con catástrofes, influenciados por el miedo. Y es que, a mayor necesidad de control, peor tolerancia a la incertidumbre.

¿Cómo vivimos con esta incertidumbre constante? Os preguntareis.

Acepta la realidad que nos ha tocado vivir, acepta que el futuro es incierto, acepta la incertidumbre. Hazte esta pregunta: ¿Qué cosas de las que me han ocurrido, dependen de mí, y cuáles no? A veces es necesario hacernos preguntas y respondernos para ser conscientes, de que no tenemos el control de todo lo que nos sucede. De esta forma aprenderemos a sentirnos más cómodos con ella, integrándola, sin permitir que nos aprese. Obviamente no es un proceso fácil. Nuestra mente inicialmente es posible que se resista a ello ya que las sensaciones que se producen son desagradables y eso va en contra de nuestra propia lógica.

Como os comentaba, tendemos a dar vueltas y más vueltas a todas las posibles consecuencias y aspectos negativos, lo que nos lleva a no saber que hacer, a quedarnos bloqueados. Para desbloquearnos necesitamos frenar esos procesos automáticos derivados de la ansiedad o del miedo. Podemos crear un espacio donde los sentimientos se manifiesten. Es importante permitirte sentir, por ejemplo decirte a ti mismx que estas sintiendo los efectos del momento que estamos viviendo y que es normal sentirte así”. Esto ayuda a validar lo que sentimos y puede ayudar a desbloquearnos.

¡Mírate!

Es importante que hagamos un viaje, un viaje de introspección, que nos metamos dentro de nosotrxs mismxs y nos revisemos. Examinemos aquello que soporta nuestras vidas, nuestros recursos internos, nuestras herramientas, contactar con las emociones que surgen. En definitiva descubrirnos y conocernos.

Como siempre digo, las emociones no son malas ni buenas, simplemente nos ayudan a adaptarnos al entorno. Es por ello que debes permitirte sentir la emoción que te surja. Ese es el primer paso para poder gestionarlas y que no os abrumen.

Al aceptar la incertidumbre y poner fin a los enfrentamientos con ella, hacemos un cambio de  chip. Me explico. En lugar de estar dándole vueltas a aquello que nos va mal, de lamentarnos por ello, nos podemos enfocar en aquello que está en mi mano. Por ejemplo: las ventas de mi negocio han bajado considerablemente debido a esta situación. En lugar de ver solo las amenazas que ello conlleva, puedo centrarme en buscar opciones de cómo adaptar mi negocio a esta nueva situación. Consiste en pasar de enfocar nuestra atención en el lamento y en la preocupación constante, a orientarnos a la resolución de problemas.

Si llego a esto punto, ¿estoy exentx de sentirme estresadx y ansiosx por ejemplo? No. Esto es como preguntarnos ¿si muero sigo respirando? Las emociones se seguirán manifestando, ya que sigues viviendo, y ellas te ayudaran a adaptarte a las situaciones que se presenten. Sin embargo, posiblemente una vez hayas trabajado en la gestión de las mismas, no llegues a sentirte tan abrumado por ellas. Aun así, es importante incorporar a nuestra rutina algunas prácticas que nos ayuden a encontrar serenidad. Hay personas que les sirve practicar ejercicio físico, otras salir a pasear, otras mantener contacto con familiares y amigos en la medida de lo posible, otras dedicar tiempo a sus aficiones, otras emplear técnicas de relajación, etc.

Por otro lado, es aconsejable vivir en el presente, en el aquí y ahora. Si bien es cierto que el ser humano necesita vivir con cierta proyección al futuro. Es por ello por lo que podemos plantearnos planes a corto plazo, mirando el futuro más inmediato, pero seguir conectados con el presente, para poder adaptarnos mejor a los posibles cambios.

Obviamente todo cambio conlleva una adaptación. A algunxs les cuesta más llegar a adaptarse, y a otros menos. Es importante tomar conciencia de nuestro porceso de adaptación y aceptar nuestros ritmos.

En definitiva, acepta la incertidumbre, frena los pensamientos negativos, conócete, observáte, gestiona tus emociones, dile adiós al control de todo y confía en tus propios recursos para afrontar lo que la vida nos ponga por delante.

Por último, os propongo un ejercicio que os invita a la reflexión.

1. ¿Qué quieres mantener?2. ¿Qué quieres aumentar?
Ej: ¿Qué has aprendido en estos meses que te permiten adaptarte al cambio? ¿Qué aspectos quieres mantener en tu vida a dia de hoy?Ej: ¿Qué actividades quieres añadir o ampliar en tu vida que te permitan adaptarte mejor? ¿Qué conductas? ¿Qué relaciones?
3. ¿Qué quieres reducir?4. ¿Qué quieres eliminar?
Ej: ¿Qué es lo que te bloquea para poder cambiar? ¿Qué conductas? ¿Qué pensamientos?Ej: ¿De qué actividades quieres deshacerte para poder avanzar? ¿Qué conductas? ¿Qué relaciones?